Mucho cree saberse acerca de este espacio. Que tal vez ni lo es.
Un reducto, muchas veces, pequeño y metálico como una protésis dental.
Acaso, también, más incómodo.
Ciertas personas lo creen una caja mágica, que nos eleva y nos desciende.
Pero. ¿Qué? ¿Un Ascensor no siente? ¿No llora? ¿No se pone triste?
Este ser, que muchos llaman aparato o, simplemente, transporte, hermitaño y solitario, desde la jubilada profesión del ascensorista, viaja todo el día y la noche, de ser necesario, con un sentimiento compungido inigualable.
El mismo que produce incomodidad, similar al silencio que se formula en el lecho del difunto, en sus viajeros; generándoles la necesidad de llenar ese vacío con conversaciones efímeras e inconsistentes o con la observación minuciosa de la llave que abrirá la puerta al salir, la misma que traspasamos todos los días sin la mínima duda.
"Sudaba, como una ballena en Ascensor. A la consejera de esta locura, sele frunció el francés". Ricardo Mollo, sabio cantante del Rock nacional, se ve que ha experimentado esta afixia y este mutismo incómodo en pleno ascensor.
5 comentarios:
Cuando Mollo menciona al francés, ¿se refiere al upitte?
Cordialmente,
Yo.
Hola
Más allá de esa incomodidad y del silencio que aturde gritandome que es tal.
No puedo subir a un ascensor, trato pero mis pies no dan un paso hacia el.
Besos
errante: Sasi e samigo.
sol: Ah no, yo estoy totalmente hamburguesado respecto de ello.
Abrazo Rockero
Desconozco el tema. Yo tengo un DESCENSOR. A veces asciende, pero eso no lo hace porque quiere, se lo imponen con un botoncito insignificante. A caso no existen los derechos para ellos!!??. En cambio descender es natural. Una fuerza llamada "gravedad" lo seduce, llevandolo a su sitio. Algo tan romántico...
diego: Como podemos ver, el ascensor es un ser sensible y devaluado.
Por suerte un romántico incurable como usted puede encontrar esa sensibilidad detrás de lo metálico.
Abrazo Rockero
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