Muchas veces puedo callar,
para que pienses que no sé articular palabra.
Muchas veces suelo callar,
para que sientas que lloro por dentro.
Muchas veces suelo callar,
para que creas que no tengo nada por decir.
Muchas veces dejo de hablar,
porque he perdido el motivo de hacerlo con vos.
No voy a darte mis lágrimas,
ya no tengo nada que derrochar.