LAMENTOS DE UN TIPO ARRABALERO.
Antes las minas no eran así, mi viejo.
Uno las cabeceaba y ya te dabas una idea de sus intenciones.
Algunas te miraban mal, pero vos captabas la onda. La junabas, te hacías el sota.
Caballero antes que nada.
Cuando pasa un siglo después, y no es que yo me los haya vivido todos, viste. Pero el traspaso es tremendo.
Porque en estos tiempos las minas van re aceleradas, llevan la iniciativa.
Si hasta quieren laburar...
Eso trae problema, porque manejan su plata, procrean intereses.
Pero de la mina que yo quiero hablarte, es de la moderna.
Esa mina que saca leche descremada de la teta, esa que usa celular, que manda mensajito texto, que te chatea por el msn a velocidades infernales. Esa mina cautiva al jefe, no jodamos.
Ponele que es un bagarto, como para aliviarte un poco. Pero te usa las última tecnologías, te manda correos de voz, te pincha un cable, se viste medio colorinche.
Que se yo, hoy no se la podes presentar al viejo. Porque ahora las minas se rapan viste, se tatuan, te mascan chicle con la boca abierta, seleccionan la comida hasta niveles insoportables.
¿Qué? ¿Qué, me decís que...?
No sé, los tipos no somos iguales.
¿Vos decís?
Pero que nos arreglemos más es para gustarles, para vernos mejor ante ellas y bueno ahi empezás a darle a los idiomas, las cremas, la peluquería. Bueno, sí, tratas de empilchar un poco mejor.
Perfume, un poco. Claro.
Si, bueno. Ahí también tenés razón. Un poco crítico con tus amigos, chusma.
Las diferencias entre hombres y mujeres están a la vista.
Cada vez más a la vista.