Mostrando las entradas con la etiqueta narracion. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta narracion. Mostrar todas las entradas

viernes, octubre 12, 2007

El Fundador

Estaba, yo, sentado, ahí.
Recuerdo, casi con nostalgia, como ayer, tu presencia.
Repaso, releo, y no puedo entender como me abandonaste en ese momento, en el peor, el más crucial de mi obsoleta existencia.
Se, porque si, que hubiera sido distinto. Todo.
¿Pero qué podía hacer yo?
Imaginate, dale. Ponete un poquito en mi lugar.
Porque si hay una cosa que nunca hiciste fue eso. Y me la banqué. Le dí para adelante. Aceptando el desafío y los títulos endosados.
Ladrillo por ladrillo fui adjuntando para, luego, pintar de un color medio afeminado y medio estridente, cada casita, cada ventanita.
Me hiciste falta en el peor momento y no bajé los brazos, aún más, tuve que elevarlos para bajar a ese puto pajarito que piaba de felicidad un "oh, que lindo está quedando todo".
Te esperé hasta el último suspiro, yendo al comedor a inspeccionarte en el espejo. Y nada. Impávida, indiferente. No surgiste.
Entonces, que se yo. Tengo que admitirlo. Esas cancionetas alegres se me fueron pegando, las tarareaba por lo bajo, eran pegadizas, viste. Pero fue sólo al principio, no creas que a mi todo se me hizo fácil. Que no sufrí. ¿Sabes?
Que no sufro cuando me acuerdo.
Mirá, no me hagas ni recordar.
Bastante tengo, ya. Cada vez que paso por la entrada del pueblo, de verdes jardines, de sonidos, juglares y mariposas pelotudas que se pegan cada tortazo por ir pensando en algún novio.
Este pueblo, buenaonda, alegre, pizpireto, que yo mismo tallé, a veces carmín y otras rubí, el mismo que no debería exisitir si vos, cara de culo, hubieras hecho una mueca, absurda, irremediable, pero mueca al fin, para evitarlo y evitarme el ardor en el cuello por llevar esta pesada llave.

lunes, julio 23, 2007

Transexual

¿Persona o Engendro?
Si algo tiene de bueno el reingreso en la ciudad autónoma, es su reconocimiento inmediato.
Marchas, protestas, bombas de estruendo, caballería, infantería, gendarmería y, hasta en una de esas, nieve.
Pero hoy fue un día caliente, hot dirían algunos, en el centro porteño.
Bueno, cuándo no. La gente camina alienada, sin bosal, jadeando, chorreando espuma.
¿No será mucho? Naaa, no creo.
¿Que sería de nuestro centro sin estos candentes cuerpos, sin las vallas, sin los cascos, sin los palos, pasa montañas y ollas populares?
No seríamos nada.
Así pués, alrededor de las 12:30 hs. pm, me topé con una marcha, o marcha protesta o sentada o escrache.
¿Vieron que estás prácticas sociales, según datos que vengo inventando desde que mis manos tomaron el teclado, tienen componentes externos?
En toda marcha se encuentran los manifestantes. Estos, se dividen en dos grupos: Los que van porque creen justo el reclamo y los que justo creen que reclaman.
Pero, además, en toda protesta, o casi toda, están los agentes del orden. Esos señores, cada vez más parecidos a una tortuga ninja, que permanecen con cara de López Murphy y tranquilos, sí, tranquilos.
Los componentes externos son cuatro.
Los curiosos, dentro de los cuales consideramos a los Turistas, sobre todo por la zona, que encontrarán cualquier símbolo pintoresco, aún sangre mediante.
Los periodistas que filman y preguntan idioteces para llevar a un Reality o programa de chimentos.
Los perjudicados de siempre, quejosos al unísono y, por último, los Viejos.
Nuestros Viejos, no sé si lo han notado, pero con el correr de los años se van poniendo mas fachos. Extrañan el orden de la milicia y la democracia comestible.
Precisamente a mí, se me viene a pegotear un Viejo.
Que cuando Frondizi, no se que corno, que la asquerosidad no se por dónde y que hasta cuándo y porqué, no sé. Me pudrí.
Encima, de yapa, un periodista, punzante, especialista e inteligentemente innovador, prende su cámara y le da aire al viejo. Que, entre tantas cosas, caracterizó a los transexuales de Engendros.
¡Que lo parió!, diría Mendieta a través de la pluma de Fontanarrosa.
Y me quedé pensando.
¿Qué es un Transexual? ¿Qué es un engendro?
A Priori, lo segundo me sonó violento.
Wikipedia me arroja la definición de engendro menos pensada.
Al rato me doy cuenta que existe un sitio web oficial engendro, pero nada se esclarece en mi mente.
Menos, encontrar un cortometraje engendro, no. Nada me calma.
Al buscar en Google, la palabra engendro arroja un resultado notable.
Sin embargo, el círculo se cierra tras buscar una definición por sus sinónimos.
Sinónimos de Engendro: aberración, fenómeno, aborto, feto, fracaso, malogro, monstruo, pérdida, adefesio, ...

Entonces viene un pibe, con una bandeja repleta de bandejitas plásticas, y relojea a una persona rubia, que me sacará mas de una cabeza con tacos, para luego después, al darse cuenta soltar un "que puto".
Quizás un disparo de bronca, por no poder admitir que se sintió atraído hasta saber la verdad.
Y así transitamos muchos, con prejuicios, dentro de un status que heredamos y cuidamos recelosamente

El elegido del día: titular inteligente (con fecha de vencimiento)

jueves, julio 19, 2007

Roberto Fontanarrosa

Pequeño Homenaje a un Grande.

Era pendejo yo, era pendejo él.
Pero de qué mierda se cagaba de risa, ni idea.
¿Podés creerlo?
Mirá que con el enano eramos re-compinches, bueno, no digo que ahora no lo seamos, mirá sino, pero en ese momento teníamos menos obligaciones. Y viste, las obligaciones, la complicidad y la joda, van de la mano de la edad.
Yo vivía en su casa, prácticamente.
Me llamaban "el otro Juan Manuel", el amigo de la playa.
El enano me había metido a laburar con él y, yo, pendejo, acepté.
No me venía mal tener mis primeros manguitos.
Recién salido del colegio, tenía lo que quería.
Salíamos, íbamos a bailar, nos juntábamos por los bares, fiestas, caza de la inteligente y fútbol.
Claro, pequeño detalle en esta historia.
Que habilidoso era el enano, que hijo de su madre.
Tenía como una diablura en su gambeta, la pisaba, la amasaba.
Un día, antes de ir a uno de esos partidos, en su casa, la de sus viejos, en un barrio parque de La Boca, cerca de la cancha, ahí nomás de Lezama, estábamos como para salir. Pero como toda jornada Dominguera, la pachorra venía en picada.
Ahí lo al enano, tomando el típico café con leche en esa típica taza de vidrio marrón, cagándose de risa, casi atragantado, escupiendo las migas del pan con manteca y dulce de leche.
No recuerdo si le pregunté de que se reía, pero me pasó el motivo.
Ahí nomás, me acuerdo muy bien, me atraganté yo también.
Nunca más pude dejar de leerlo, ni de reírme al hacerlo.

miércoles, marzo 07, 2007

Carta al Lector

(En respuesta a, Carta al Autor de J.M.B.)

Estimado J.M.B.:

Hoy, hace, ya, exactamente una semana, siete días y siete noches, que usted, señorito J.M.B., me escribió, o posteó, una carta.
Quizás le parezcan excesivas mis puntuaciones, entre comas, pero a mi me gusta así. ¿Me sigue?
Su carta me pareció divina, aunque por momentos atrevida, cual piscina, de reproches sobre mi vida. Me gustan las rimas, como las ruinas. ¿Me sigue?
Yo no sé quién, usted, se piensa que es. Escudándose en el anonimato de tres iniciales puntos mediante. ¿Es, acaso, Julián Maidana Barloventoc's? ¿Jacinto Mármol Barrionuevo? ¿José Marlon Brando? ¿Jerónimo Manuel Becerra?
La cobardía, mi estimado señorito J.M.B., es el vehículo de los indecisos, el trampolín de los timoratos, el interuldio de una obra triste.
Como lector mío, que dice ser, le recomiendo no visitar mas mi blog o, bien, comprender las pautas que el autor impone. O sea, mis pautas.
Este es un espacio egoísta, mi estimado e inicializado lector anónimo, y, como tal, está escrito desde lo más profundo de mi humor. Al cual, que usted tilda de ciclotímico, no le gusta ser objetivado, mucho menos por su razón de ser que, en definitiva, soy yo mismo.

niñoespina

miércoles, diciembre 13, 2006

Fichines

De pendejo iba a Sacoa.
¿Quién no?
Luego, apareció PlayLand y, con él, la traición.
Pero los tiempos cambian.
Las moneditas fueron reemplazadas por tarjetitas con créditos, quitándonos hasta la posibilidad de violentarnos.
Pero eso no sirve de nada.
A mí, hoy, me cayó la ficha.
Salgo de los jueguitos a ver el cielo, a dejar el enviciado aire.
No voy a ser redondita de pinball.

domingo, noviembre 26, 2006

Recuerdos Universitarios (3)

Medios Expresivos no es una materia complicada.
Incluso, entra en el lote de las fáciles.
Para engrosar el promedio, digamos.
Arribé al maldito final sabiendo casi todo.
Mi respaldo: 9 en Tp, 9.50 en parcial.
Mi plan: Sacarme un Diez en la libreta.
No fui sólo a rendir, de hecho mi cordialidad sería árbitro del destino.
Llegamos con nachi. Si algo sabía ella era por todo lo que en el trayecto del colectivo le dije.
Nos aglutinamos afuera, a esperar el llamado.
Adentro tres personas evaluaban.
La Primera: Nuestra docente, con el mecanismo "¿Querés mas nota o te dejo la del parcial?"
La segunda: Otra docente flexible, pero esta preguntaba al menos cosas de la materia.
El Tercero: Titular de Cátedra, obeso en grasa y en malhumor.

Se abre la puerta.
-Pasen.
Nachi y yo nos levantamos y como buen tipo, que era, la dejé pasar primero.
La suerte de ella, y no mía, hizo que yo me sentara con el obeso.
No voy a contar que pasó allí dentro, ni cómo tuvieron que sujetarme para no trompearlo.
Me puso un 5.

Ella sacó 8.

viernes, noviembre 24, 2006

Recuerdos Universitarios (2)

Allá a lo lejos, diciembre del 2000.
Entrega final de Morfología 2.
Fuí con mi carpeta de trabajos a la facultad.
Ocasionalmente en auto.
Llegué a las 11 a.m. - exactamente -
Bajé. Subí las escaleras. Entré. Imprimí.
Salí a las 11:15 a.m. - exactamente -
El auto no estaba, me lo robaron.

Adivinaron, la carpeta estaba en el baúl.
La entrega era a la noche.

martes, noviembre 21, 2006

jueviersamingo

Primera clase que concurro al proceso.
Generalmente llego, pero al final y con todo terminado.
Me va bien, casi siempre.
Eso, despierta odios.
Que me importa, yo sigo.
La noche en vela me encuentra relfexionando por la mañana:
- Hoy, tampoco dormiré.
Salgo, llego, salgo, nota, crónicas, barra.
- Es la última que hago.
Siempre digo lo mismo.
Ya llegará el momento.
Vuelvo a casa, me entierro en el sillón.
Despierto, salgo, barra.
La noche tanscurre en dos segundos.
Llego, salgo, futbol.
- Si durmiera más, seguramente sería más simpático.

jueves, noviembre 09, 2006

Caminas Circular

Me encuentro en recuerdos.
Cómo después de aquél golpe, se levanta un velo.
Ahora fue pau quien encendió una chispa con su post.

"Me caigo, me hundo y vuelvo a nacer / Tu cuerpo me roza para no caer / En cada trayecto que sigue tu cuerpo / descubre a su paso / rastros inciertos / Ahora no estás / Ahora te vas / Caminas detrás /Caminas Circular" (niñoespina 1998)

Registraba mis sueños, de otro modo más preciso. Con más detalles.
Sé que era Diego, lo sé. Lo supe, lo veía.
Parados ante la inmensidad de una pirámide nos miramos.
La luz que se reflejaba en lo alto, en la cúspide intuída, nos encandilaba.
Al bajar la vista, 100 metros delante mío, mi amigo entraba por la pequeña puerta que se abría paso entre la piedra.
Arrojé mi cuerpo a la carrera y llegué, en el preciso instante, cuando la abertura desaparecía a mis espaldas.
Estaba dentro, como él.
Un pasillo.
¿Derecha o izquierda?
Una respiración llegó por detrás.
- Boludo, estoy cansado.
- ¿Porqué?
- Llevo horas acá dentro. ¿Dónde estabas?
- Recién entre atrás tuyo.
- Bueno dale, se hace tarde.
Y salimos corriendo, en círculos a través de una galeria con aberturas.
Ventanas hacia algún lugar.
No supe si el muro giraba o nosotros nos movíamos.
Pero me fui quedando, cada vez más.
Hasta ver a mi amigo, cada vez más lejos, desaparecer por la pared color carmín.
Tuve una sensación de soledad y de traición.
Miré a través de la pequeña ventana.
Se dio vuelta y me sonrío.
No detuvo su marcha y se desintegró en el horizonte de un paisaje soleado, de cielo celeste y violeta y pasto verde. Dónde nacían flores altas como árboles.

miércoles, noviembre 08, 2006

El Poder de los Desconocidos

Algunos recuerdos permanecen dormidos.
Aguardan ser activados.
Hoy caro me hizo sacar una chispa con su post y lo ví todo claramente.

Necochea. Madrugada. Playa.
Aproximadamente 9 años atrás.
Me llevaron a la rastra.
Es complicado veranear con tus padres, cuando sentís que ya sos grande.
Cuando pensás que tu edad dictamina muchas cosas.
Recuerdo la lluvia y mi malhumor.
Recuero el llamado que le hice a errante para que viniera.
Ni él pudo salvarme.
Caminé mucho, la playa no quedaba lejos. Sino demasiado distante.
Era tarde y decidí volver por mi bici.
Recorrí el centro y las peatonales.
Me encontré con mi primo y mi hermano, divertidos ellos, cómplices.
Dos chongos me miraron y algo dijeron y yo, algo cagón en esa época, le dí pedal a mi playera alquilada.
Me tomó dos vueltas de rueda darme cuenta que la arena me obligaría al paso redoblado.
Llovía, sí llovía. Pero no importaba.
Las gotas se aliaron para disimular mi ánimo.
Entonces la ví, una silueta al borde del muro. Sentada con los brazos caídos, el pelo colgando y el agua recorriendo su contorno.
Tardé unos segundos en ir. Raro en mí. Pues siempre fui insociable.
La tormenta no cedió.
La charla duró horas.
Nos abrazamos.
Nunca más la ví, ni recuerdo su nombre.

domingo, septiembre 10, 2006

30.07.06

Los días no son todos iguales. No hay que ser tan drástico tampoco. Aunque no haya humor.
Y yo no estoy siempre cerca del peligro, él me anda merodeando.
La pregunta es: ¿Me lo busco?
La respuesta es: ¿Cómo podría?
Vamos a convenir algo: Nunca me pasó algo grave.
Bueno, hace un año puede ser.
Pero la muerte de un tipo o tipa querida no me pasa a mí.
Alguna vez voy a tener que aprenderlo, porque cada vez quiero a más personas y menos gente.

-Gordo, anotálo como la fecha en que volviste a nacer.

Podría rememorar todo lo que ese día hice, con el único fin de entender las asociaciones que me condujeron más allá de las 23hs, del jueves 29.07.06, a Griveo y Artigas.
También podría pensar que hubiera ocurrido si Kali no hubiera entrado a casa y yo siguiera en Olaguer y Feliú.
Sería hilar finito.
¿Cuándo no me he dormido en un colectivo?
He llegado a pasarme varios km de casa.
Claro, esta vez no.
Dos cuadras antes, nunca sé bien si Zamudio o Caracas, me levanto del asiento. En mi cabeza hay una Bomba de tiempo nena y nadie sabe como detenerla. Con suficiente volumen para enmudecer el timbre, que a veces es luz roja.
¿No es loco? Es como prender la luz y que suene una chicharra. Quizás para ciegos.
Al bajar, los brillos del semáforo me llamaron la atención. Dudé, los bondis son siempre así. sobre todo en una esquina dónde no hay ni policias ni tránsito. Además un auto azul esperaba del lado izquierdo, como detrás de un paredón, invisible, al acecho.
Crucé en dirección López, e instantáneamente repetí la acción en dirección Nazca (porque no sé si la otra es Bolivia).

Tierra, trágame tierra. Trágame tierra. Trágame tierra. ¡Trágame tierra! ¡Trágame tierra!

Cómo una premonición.
En un sólo instante: Miré el muñequito blanco. El paso estaba abierto. El tránsito a mis espaldas se había activado. Yo estaba bien, pero confiado atravesé la calle. Con el marco mudo y la cabeza poblada de sonidos.
Pisé la vereda y, al lado de la peluquería, giré sobre mi mismo. 180° en diagonal hacia la parada.
No tuve registro sonoro. Sólo ocular.
Inexplicablemente se estrellaron ante mí. A centímetros.
No recuerdo, en el momento, el color de los vehículos.
Si de sus tripulantes.
Barba y campera azul.
Señor mayor con anteojos cuadrados y con señora de acompañante.
Pasaron, evadiendo mi metro ochenta y cinco.
Un grado menos en mi giro, un paso más, un segundo.
Todo hubiera cambiado.
Después la histeria, dónde se lo conté a todo el mundo.
Después la certeza, me voy a morir masticándo una nuez o *inflando una piñata.

*Siempre pensé que pasaría, si inflando una piñata llena de juguetitos pequeños, uno se quedara a mitad de pulmón y se soltara el aire arrojando así todos los juguetes a nuestra garganta. ¿Nos afixiaríamos?

jueves, agosto 03, 2006

Disculpas que rasuran

Comúnmente leo el Diario Clarín.
Todas las mañanas, mi familiar corresponsal lucha contra Neo y Kali para deslizarlo debajo de la puerta.
Ya sé. ¿Por qué leo clarín? ¡Es amarillista! ¿Qué es serlo? ¿No?
De todos modos no toda la composición del periódico es nefasta. Entre sus filas, por mencionar una excepción, se encuentra Fontanarrosa.
Y guarda con decir algo de él. (¡Hasta dónde me transmitió el fanatismo el enano!)
Lo gracioso del caso, que vengo a citar, pasa por la exageración de las peripecias de los personajes que circulan como noticia.
Mel Gibson se puso en pedo, así de simple, y todo aquél que haya leído la noticia habrá tardado en reconocerlo en la foto. En la cual, nuestro desmejorado actor, aparece desalineado y barbudo (jamás lo he visto así). Y el que no se lo haya confundido con el ex presidente de Irak, que levante la mano.
Pero hoy, mágicamente, nuestro corazón valiente luce afeitado, de traje y con cara de perrito bajo una fría lluvia de invierno reposa sobre un copete que ladra: “Pidió Disculpas”
Que poderes extraordinarios trae consigo el perdón.
¿No?
Ah. Al lado mencionaba su actuación polémica en la pasión de cristo.
Entonces me pregunto si ser dictador estará vinculado a nuestra postura frente a la iglesia, tanto como los poderes higiénicos que posee una disculpa.

viernes, julio 21, 2006

De Ripley

Me estoy pareciendo a alguien que aprecio. Por la catársis, digo.
Pero esto del papelerío, de los insólitos horarios de "atención" y de la calidad del servicio...
Qué de 4 puestos de trabajo sólo funciona uno. Y cómo.
Qué te falta el sellito original y qué cuándo vas, el que te sella no está o se mudo.
Y vas para otro lado, corrés contra el tiempo. Tú tiempo. El Maldito, o bendito, tiempo que a nadie le importa. Total...
Pero claro, que se puede esperar. ¿Hay que esperar?
No sé.
También pienso como están las cosas más arriba. Y veo que por quinta vez consecutiva se impide la designación de un rector.
Estas cosas desmotivan. Retrasan objetivos.
Bueno, sigo perteneciendo a la familia Addams.
Mensaje, 17:27.
Ya está, ya soy estudiante de Imagen y Sonido, aunque usted no lo crea.

Superman Zonal

Sigo sosteniendo que la inocencia, entre otras cosas, hace a la felicidad.
¿Cuántos de nosotros vimos Superman cuando chicos? Muchos, seguro.
Está bien, es una película yanki. No deja de serlo. Como tampoco muchas otras.
Pero, digo. Este ser humanizado, con superpoderes, que viene a salvar el mundo o hacerlo mejor. Que tiene superoídos para escuchar los problemas lejanos y supersoluciones para resolverlos. ¿No tiene superalcance mas allá de las fronteras estadounidenses? ¿O los Estados Unidos son el Planeta?
Estoy harto de películas donde nos invaden, nos bombardean o nos salvan desde yankilandia.
Y ojo, no soy el primer patriota. Pero estoy harto.
¿Cuántos vieron Superman Regresa? Muchos, seguro.

martes, abril 11, 2006

¿Quién me lo explica?

Cuando veo o leo noticias que evidencian la barbarie en la cual estamos sumergidos, siento dolor e imcomprensión. De ninguna manera el fin justifica (todos) los medios.
Yo al menos lo pienso así.
Creo un futuro con ideas y construcción de pensamientos. Hablar y ser escuchado.
Ahora bien, 9:09 estaba en la estación Pueyrredón de uno de los Ramales de línea Mitre que une Retiro con José León Suárez de la Empresa TBA.
Teniendo que estar en Retiro aproximadamente a las 9:50, estaba más que perfecto de tiempo.
Estaba, porque llega el aviso de la boletería que el próximo tren no iba a llegar hasta dentro de 31 minutos.
¡Danger!
Camino, entonces, hasta Mosconi y Artigas a esperar el 114 que me lleve a cabildo en búsqueda del subte. (Opción B, muy peligrosa)
Claro, ya eran las 9:22 cuando vino el primer colectivo abordable.
Mi día se estaba complicando.
El trayecto que esta línea de colectivo recorre es bastante directo hasta cabildo. Agarra sólo tres calles diferentes (Mosconi y su continuación Olazábal, Monroe y Blanco Encalada) y cruza 4 avenidas (Constituyentes, Triunvirato, Alvarez Thomas y Cramer)
Pero claro, la ciudad es un caos. A cualquier hora.
Ya el mito de las horas pico no existe.
Caminé las dos cuadras que me separaban de la parada del 114 con la Estación Juramento de la Línea D del Subte de la Empresa Metrovías. Eran las 9:55 y sólo 4 minutos después suspendieron el servicio.
Uno se siente derrotado en ese momento.
Siente ira. Pero debe tranquilizarse.
Al subir no te devuelven el dinero y las excusas no son claras. ¿Qué va a hacer uno? ¿Romperle un vidrio a la boletería? ¿Quién tiene la culpa? ¿Qué hago con esta tarjetita que me dieron? ¿No se dan cuenta que no la quiero porque no uso ese servicio en modo de protesta?
Al salir, era obvio. Caos total.
Pasaron tres 152 fuera de servicio y 2 con gente colgando hasta que yo me pudiera subir para difrutar del hermoso recorrido.
Miré el reloj al bajarme en Santa Fé y Suipacha, eran las 11.30 y mis nervios jugaban con mi humor.
¿Qué tendría que haber hecho? ¿Quemar la estación Pueyrredón y su tren perezoso?
¿Pegarle al chofer del 114 por el caos del tránsito?
¿Romper la boletería del subte? ¿Tirar algún tipo a las vías?
¿Apedrear los 152 fuera de servicio?
Ah, no. Cierto. ¡Cómo no me dí cuenta!
Tengo que comprarme un helicóptero y estacionar en el helipuerto de la torre del laburo.
Eso sí, corro serios riesgos que me volteen por pensarme un talibán kamikaze.


Lo peor es que esto debería dirigirlo a algún organismo que me responda, que se haga responsable y no siento que fuera a ser escuchado.
Todos somos víctimas de situaciones cómo esta todos los días. tanto llendo como regresando de nuestros laburos. No hay respeto, en este país se perdió. Yo estoy harto. ¿Que hacemos? ¿Alguien propone algo?

jueves, abril 06, 2006

Rotativo

Ya es gracioso decir que no duermo.
A mí al menos me da gracia, pero lo divertido es contar las experiencias vividas por ese no-acto de descanso.
Porque uno se pone medio torpe, trata de prender la ornalla apagada mientras la cocina se gasifica o le pone leche al tarro de café instantáneo. Azúcar en el tarro de mermelada o usa la taza (llena) como depósito de cenizas. Agua en el plato de la comida, el alimento flotando en el plato del agua de mis niños.
¿Nunca se pusieron dos medias diferentes? ¿La corbata al reves?
A mi me pasa que hago una cuadra y regreso por las llaves, la transito nuevamente y regreso por el celular y así hasta considerar prescindible algún olvido. Sino, se me va el tren.
Siempre se me va.
¡Pero no soy impuntual!
Lo que sucede es que, cuando estoy apurado, las agujas corren una maratónica venganza contra mi intento de sincronización.
Entonces, las gotas heladas de la ducha me daban en la nuca. Neo, que es medio mojarrita, me miraba desde el otro extremo atrapando algunas lanzas acuosas.
-No tengo ganas de jugar negro
-ihh ihh mmrr ihh
-Neo no tenggo. . g.., áa aaaas...zz.z.z..z.z.z
Esos lapsos de tiempo donde no sabemos cuanto dura la abduccion.
A velocidad record, me visto y salgo.
Oh, la luz.
Me cruzo con el sujeto de arito, tren, retiro.
Mis ojos, inyectados en sangre, divisan a lo lejos (30mts) un cartel verde con letras azules. "Locutorio-Internet-Fax=Telegramas"
-Renuncio -pensé
Al final no pasó nada, llegué tarde como siempre.
Bueno, en realidad ya les comenté que yo nunca llego tarde, sino que las agujas corren una...

martes, febrero 14, 2006

ATP - Apta Todo Punga

Decir que me siento indignado es poco. En realidad si lo pienso un poco mas fríamente,
me siento resignado y acostumbrado. Eso si me indigna.
Este, es un país así. Que muchos piensan sin retorno y, que a otros les conviene que asi
se lo considere.
Un país cercado por la delincuencia devenida en violencia, en la pérdida del respeto.
Ayer, en el ATP Bs.As., se ha vuelto a proyectar la misma película de todos los días.
Al concurrir al coqueto y remodelado Lawn Tennis, uno compra su entrada y compra
muchas otras cosas más. Entre ellas, las comodidades que en este reducto son ofrecidas.
Pero uno compra. ¿Porque? Porque lo valen. Porque es otro nivel. Porque esto no es futbol.
Nos olvidamos que esto es Argentina todo el tiempo y que alguien debería sentarse a
meditar para marcar nuevos rumbos.
Antes de entrar al complejo, los que concurrimos con movilidad propia, tenemos otra preocupación. ¿Dónde dejarlo? ¿A diez cuadras? ¿Del otro lado de los lagos?
Claro que no. La inseguridad nos rodea. Entonces, uno, confiado, avalado por la imagen de este ATP Bs. As., deja el auto fuera. Le paga al cuidador $10 para que lo cuide.
La tranquilidad le hace a uno disfrutar del cotejo y salir victorioso, o no, pero con un ánimo destruído y plagado de impotencia. ¿Porque? Porque al llegar, no sólo no esta el acreditado de los $10 sino que tampoco esta el vidrio del auto, ni cuanta pertenencia había dentro del auto. ¿Entonces? Uno reza que aparezca el "cuidador" de autos. Para reventarlo. Sin pedirle explicaciones.
Es verdad, la violencia engendra violencia.
Por eso, hoy, sentado, tranquilo, escribo y pienso.
¿Dónde está la seguridad del ATP? ¿Acaso no hay? ¿Acaso no debería haberla?
¿Importa más el partido de tennis? ¿Y el contexto? ¿Piensan que si se ocupan de la seguridad la gente no pagaría?
Sería bueno reflexionar, desde adentro hacia afuera. Sin gula dirigencial. No sea cosa que luego de comerse el huevo, se traguen la cáscara porque no saben que hacer con ella.

viernes, febrero 10, 2006

Soy Indigente Señor Presidente

Leo el diario. Todos los días. No es una costumbre que arrastre hace rato, más bien es un suceso novedoso. Leo el diario. Todas las páginas. Desde las cartas de lectores hasta los anuncios fúnebres. No sé bien porqué. Aunque a veces sirve para encontrar desopilantes noticias. Ayer, y hoy con mayor reflexión, fue publicada una nota sobre el índice de la pobreza. Con el numerito. La cifra que separa la indigencia de la prosperidad. Mis ojos se abrieron desconmensuradamente. Los párpados se juntaron en el centro de mi nuca, la boca se me convirtió en albergue para moscas. No era muy jodido hacer cuentas. Cualquiera caería de inmediato. Me he mudado al coqueto barrio de Villa Pueyrredón. Claro, no es Barrio Norte, ni Zona norte, ni Belgrano, ni Palermo, ni Las Cañitas. Pero es lindo, o ya me acostumbré a pensarlo así. Es más barato, obvio. Entonces pienso en la cifra de tres dígitos encabezada por el 8. Doy vueltas y en voz alta vomito. Yo pago 600 de alquiler, y no es caro. Para nada. Y siempre hay que pelear porque te subo que no te subo que en realidad te ajusto pero no y quién sabe. Y no tengo cable, ni internet, ni teléfono de línea, ni voy al supermercado, ni me compro ropa nueva, ni hablar de cds. Fumo Next, experiencia parecida a ponerle gas a una ferrari. Pero en algo tengo que moverme y no me puedo colar. Viajo tanto en tren, subte y colectivo que sería fácil reconocerme. ¿Entonces? Entonces leo hoy que del gobierno dicen que el índice bajo 4 puntos. ¡¿Eso cuánto es?! ¿Veinte mangos? De todos modos como siempre, termino pensando que estoy equivocado. Vivir en esta abundancia no va más, tendré que resignar algunas cositas. Ahora los dejo, comer todavía lo manejo como necesidad.

martes, febrero 07, 2006

Todo lo que puedo ser

Estaba sentado en mi escritorio, rodeado de revistas - son de la competencia, ni pienso nombrarlas - e intentando redactar. En un rato debería arrojar mi cuerpo al departamento de diseño, controlar que estén haciendo todo como se les ha pedido.
Un golpe me detuvo. La luz roja que ladra "AIRE" me obliga a retornar al piso, el mic está abierto y yo no estoy diciendo nada. Aunque siempre pienso eso, a pesar que me digan que es lo mío, que sirvo, que tire para adelante. Sin embargo es jodido reír, más lo es hacer pensar.
Pero me distraigo nuevamente, a través del vidrio lo veo al gordo que me hace señas. Tengo que apurarme, cortar el bloque y darle paso a la música.
Entonces siento el aire, ese aire que no sentía hace 7 años como mínimo. Las gotas de lluvia que atacan mi rostro. ¿Señal de advertencia? No lo sé, yo sigo tatuando la arena con mis pisadas.
La salitrosa costa me recibe, me baña y yo me sumerjo. Filtro y vuelvo. La lucha dura lo previsible y mi 6.6 rebelde se escapa de mi tobillo derecho al bajar de la primera ola en años.
Al regresar a la superficie, a otra realidad, no recuerdo cuando comencé a soñar. Cuando dejaré de ser un sueño y me convertiré en realidad. Me sonrío. Muchas cosas están en su lugar y otras en camino.
Me frego los ojos, miro el monitor. El celular en algún momento ha recibido un llamado.
¿Alguién me habrá visto dormir?

Viajar sin Moverse

Después de haber estado en la montaña, a dos cuadras del lago y el volcán como único testigo, que más podría importarme.
Igual yo no soy tan así. Vivo pensando. Preocupado.
Pero hay que descansar, aunque no me venga el sueño.
Y hace días, nada más, que he ido hacia La Feliz, aunque por cuestiones diferentes; noté algo.
Algo que alguna vez envidié de la gente unpluged. Esa capacidad de salirse de la matriz sin problemas. Despreocupados.
Y la verdad que lo estoy masticando, me gusta.
No es necesario volar al polo opuesto para salirse, los viajes mas descontracturantes son con la mente, sin mover un pie y sólo sentir el viento.
Fluir sin un fín. gc