Siguiendo con la mítica idea, que a Roma se llega caminando, podríamos inferir que corriendo uno se cansa más rápido. De hecho, llegar a ese ritmo seguramente nos aleje de Roma o nos desaliente antes de lo previsto.
Por eso, considero, que la hipótesis sobre caminar, alienta al viajero a tomarse con calma semejante objetivo.