Caminando por la cornisa,
se acercándose el niño a su muerte.
Cayendo por el abismo,
se transforma en una herida viviente.
En el fondo del acantilado
se esparce una alfombra de espinas.
Esta acaba con las vidas
de los seres que nunca podrán ser amados.
Por las noches,
mientras duermen las malvadas asesinas,
se escucha la voz de un niño
que pide por su vida.
Pide con espanto
que alguien sane su herida.
Aunque ya nadie escuche su llanto,
pues se ha convertido en espina.
(Jueves 19 de Junio de 1997 - 17 años - Recreo en el Colegio - Nacimiento del niñoespina)