Después de haber estado en la montaña, a dos cuadras del lago y el volcán como único testigo, que más podría importarme.
Igual yo no soy tan así. Vivo pensando. Preocupado.
Pero hay que descansar, aunque no me venga el sueño.
Y hace días, nada más, que he ido hacia La Feliz, aunque por cuestiones diferentes; noté algo.
Algo que alguna vez envidié de la gente unpluged. Esa capacidad de salirse de la matriz sin problemas. Despreocupados.
Y la verdad que lo estoy masticando, me gusta.
No es necesario volar al polo opuesto para salirse, los viajes mas descontracturantes son con la mente, sin mover un pie y sólo sentir el viento.
Fluir sin un fín. gc