
Y se vino la segunda nomás. Esto fue menos premeditado, puro impulso.
De nuevo la causalidad, aunque esta vez algo más intempestiva.
Día de franco, de estudio y de sucesión de hechos.
No trabajar y por eso bajar a un cyber (para no usar la línea de mi antigua casa). Ver a una bolita narajna maullar arriba de un cantero.
Que si, que no. Que no! Que si. Que no! "Y bueno, pero si cuando vuelvo está..."
Y no estaba. Bueno, no ahi. Sino en la puerta de casa.
¡Pero no, dos no!
Y casi la regalo.
Al final se quedó y fue amor a primera vista.
En el trayecto a la veterinaria seguí leyendo mi libro del momento, Terror en la Red. Cuyo personaje asesino, lleva el nombre de la niña de la foto. Libro que compré en el verano de ese año.
¿Y si hubiera leído Sábato? ¿Se llamaría María Iribarne?
