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martes, abril 11, 2006

¿Quién me lo explica?

Cuando veo o leo noticias que evidencian la barbarie en la cual estamos sumergidos, siento dolor e imcomprensión. De ninguna manera el fin justifica (todos) los medios.
Yo al menos lo pienso así.
Creo un futuro con ideas y construcción de pensamientos. Hablar y ser escuchado.
Ahora bien, 9:09 estaba en la estación Pueyrredón de uno de los Ramales de línea Mitre que une Retiro con José León Suárez de la Empresa TBA.
Teniendo que estar en Retiro aproximadamente a las 9:50, estaba más que perfecto de tiempo.
Estaba, porque llega el aviso de la boletería que el próximo tren no iba a llegar hasta dentro de 31 minutos.
¡Danger!
Camino, entonces, hasta Mosconi y Artigas a esperar el 114 que me lleve a cabildo en búsqueda del subte. (Opción B, muy peligrosa)
Claro, ya eran las 9:22 cuando vino el primer colectivo abordable.
Mi día se estaba complicando.
El trayecto que esta línea de colectivo recorre es bastante directo hasta cabildo. Agarra sólo tres calles diferentes (Mosconi y su continuación Olazábal, Monroe y Blanco Encalada) y cruza 4 avenidas (Constituyentes, Triunvirato, Alvarez Thomas y Cramer)
Pero claro, la ciudad es un caos. A cualquier hora.
Ya el mito de las horas pico no existe.
Caminé las dos cuadras que me separaban de la parada del 114 con la Estación Juramento de la Línea D del Subte de la Empresa Metrovías. Eran las 9:55 y sólo 4 minutos después suspendieron el servicio.
Uno se siente derrotado en ese momento.
Siente ira. Pero debe tranquilizarse.
Al subir no te devuelven el dinero y las excusas no son claras. ¿Qué va a hacer uno? ¿Romperle un vidrio a la boletería? ¿Quién tiene la culpa? ¿Qué hago con esta tarjetita que me dieron? ¿No se dan cuenta que no la quiero porque no uso ese servicio en modo de protesta?
Al salir, era obvio. Caos total.
Pasaron tres 152 fuera de servicio y 2 con gente colgando hasta que yo me pudiera subir para difrutar del hermoso recorrido.
Miré el reloj al bajarme en Santa Fé y Suipacha, eran las 11.30 y mis nervios jugaban con mi humor.
¿Qué tendría que haber hecho? ¿Quemar la estación Pueyrredón y su tren perezoso?
¿Pegarle al chofer del 114 por el caos del tránsito?
¿Romper la boletería del subte? ¿Tirar algún tipo a las vías?
¿Apedrear los 152 fuera de servicio?
Ah, no. Cierto. ¡Cómo no me dí cuenta!
Tengo que comprarme un helicóptero y estacionar en el helipuerto de la torre del laburo.
Eso sí, corro serios riesgos que me volteen por pensarme un talibán kamikaze.


Lo peor es que esto debería dirigirlo a algún organismo que me responda, que se haga responsable y no siento que fuera a ser escuchado.
Todos somos víctimas de situaciones cómo esta todos los días. tanto llendo como regresando de nuestros laburos. No hay respeto, en este país se perdió. Yo estoy harto. ¿Que hacemos? ¿Alguien propone algo?