sábado, marzo 10, 2007

El Zorro

" A veces me pasa que, luego de contar tanto una historia, confundo la realidad con la fábula.
Dos historias no se narran dos veces del mismo modo. Esto, las hace diferentes.
Por eso como escritor, resulto buen cocinero"

Luego de haber pasado todo el día en la ciudad de Colón, durmiendo en la playa o tomando mate en el cementerio, me arrojé a la ruta.
El sol, durante todas las benditas horas de la tarde, no amagó con retirarse ni adjudicarse descanso alguno.
Me sentí azotado, pensando en el inexplicable fenómeno de ser deshidratado por esa distante e impasible bola de fuego. ¿No tendrá calor, algún día?
Amo y señor de las rutas, que no soy, me creí. Durante más de 2 horas caminé, con una desorientación que roza la desopilación, prácticamente; en círculo.
Un genio de tubo de ensayo, un mochilero de reserva natural, un leñador de bonsái.
Mi espíritu, pesimista y negativo, nublado y obtuso, se encontraba derrotado.
Pero, para contradecir una vez más esa falsa teoría que habla de mi mala suerte, un buen hombre, o malo tal vez pues ni palabra crucé con él, me arropó, sin mucha paternidad por cierto, en la caja de su camioneta improvisada y depositó mi demacrada humanidad, hasta la entrada del Parque Nacional El Palmar.
La despedida, en función de mi agradecimiento, fue tan emotiva; que el polvo arrojado por esas inescrupulosas ruedas se encargó de camuflarme hasta las muelas de juicio que ya no tengo.
Me sentí muy querido, realmente. Revisé mis axilas, de todos modos, en busca de algún detonante para tan efusivo saludo.
Sin hallazgo evidente, encaminé mi bella apariencia hacia el oasis de la naturaleza de Colón.
¿Alguna vez fueron? ¿Aman la naturaleza? ¿Llenos de polvo y a mil grados de calor? ¿La amarían de igual modo?
Una extensión de Palmeras, y más, más Palmeras, a lo largo de 12 km . De ida, y de vuelta.
Palmeras por aquí. Oh, Palmeras por allá. Debajo de las rocas, entre los caminos, a la salida de un arroyo.
Palmeras.
Mi humor, que no goza, corrientemente, de buena salud, ya lucía algo deteriorado.
Luego de horas hermosas de caminata, ya sin agua y con el capricho del sol resistiendo su relevo, tiré mi mochila lo más lejos que mis paranormales fuerzas me permitieron. Un metro y tres centímetros.
Me senté, relinché como un potro enajenado y levanté la mirada.
Tendrán cierto sentido común para adivinar que interceptó mi visión.
Palmeras. No. Palmeras no.
Allí, abriéndose paso entre la agresiva maleza, una fiera; quizás la más peligrosa de toda la fauna mundial, había aguardado el momento de mi fatiga extrema. El temor se apoderó de mi confundido razonamiento, tuve hasta la precaución de regular mi bilirrubina.
El animal, feroz eslabón de los carnívoros, excitó sus sentidos, seguramente, al ver mis transpirados muslos y, creo, no estoy seguro, pude verle relamiéndose por mis jugosas pantorrillas una vez que se sentó apacible en línea recta sobre el camino.
Fueron momentos tensos, donde elucubré las más desopilantes estrategias. Incluyendo, en mi repertorio de domador de fieras circenses, el dialogo y el canto.
Sin dudar, aunque con temor, en un segundo me puse de pie. Para realizar, seguramente, el último escape de mi vida.
Pero, la bestia y silvestre alimaña, más rápida y ligera que un rayo actuó primero.
Desapareció, sin más. Dejándome sin reacción posible.
Otorgándome, sí, un último razonamiento que me llenaría de pudor. Aquel que me permitiría darme cuenta que no era un lobo, sino un insulso, inocente y simpático Zorro.

Historias de Viaje - Diciembre / Enero - 2006 / 2007

12 comentarios:

Unknown dijo...

Una palabra: ¡gonca!
Cordialmente,
Yo.

Diego... dijo...

Una historia de la ostia!!!!
Como crítica constructiva, hubieras obviado la palabra zorro y haber dejádo la incógnita para la imaginación de los lectores.
Igualmente no dejo de pensar en que era un tigre de bengala!!!!!

silvia camerotto dijo...

«zorra, zorro: 'raposa,-o', mediados siglo XV. Probablemente el sentido primitivo fue 'mujer u hombre holgazanes'. Zorra reemplazó a raposa, como éste había sustituído el más antiguo vulpeja (del latín, vulpes), por la repugnancia del campesino a llamar por su nombre tradicional a este animal maléfico, lo que le conduce constantemente a buscar nuevos nombres indirectos y figurados para llamarle».

era un lobo.

Juan Manuel Bruñol Silvani dijo...

errante: Si mal no recuerdo, tú, pequeño, diminuto, enano y terco amigo, estabas cuando confundimos, en la mar de valeria, una tonina con un tiburón.

diego: En ese momento lo fue. Lo que te perdiste el Sábado Dieguito. Cerati y Spinetta juntos.

sibila: Era un lobo. Mi mente se enfrentó a él. Que resultara un zorro fue, pura y exclusivamente, culpa de él.

Abrazo Rockero

Anónimo dijo...

Vivo en Mendiolaza y dentro de la fauna autóctona hay cuises y zorros, a veces los veo y me miran con esa curiosidad que se los lleva. Mi envidia pasa por no haberlos observado lo suficiente como para que sufran la debida mutación.
Probare luego...
Bogonauta.

Anónimo dijo...

Se te llena de cordobeses el blog Espina, viste? Somos buena gente, y nos llevamos bien con todo tipo de animalitos, inclusive los porteñitos... lo digo jugando! Que se vengan más crónicas de viajes, me encantan!!!

Juan Manuel Bruñol Silvani dijo...

Se esta poblando de Cordobeses, es cierto.
Parecen ser buena gente.
Yo, a esta hora, tras no dormir en toda la noche; no lo soy.
Muy porteño lo mío.
Aguante el stress.

Abrazo Rockero Cordobes

Anónimo dijo...

Como hace usted niño, alma sensible y hombre de letras, para convivir con el stress...
Creo que esto de la globalización, el apuro y la falta de criar a los nuestros, brindándole a todo el tiempo y la importancia que se debe (no de más ni de menos) es un poco lo que nos hunde. Y a usted niño en particular le hace falta un poco más de naturaleza y menos smog...
Saludos green Bogonauta.

Juan Manuel Bruñol Silvani dijo...

Bogonauta: Definitivamente, usted, me conoce de otro lado.
¿Me está leyendo la mente? ¿Me va a secuestrar? ¿Quién daría algo por mí?
Me quiero ir a vivir, hace rato, al green montañoso argentino.

Abrazo Verdulero Rockoso

Anónimo dijo...

Y?? En una de esas quien le dice, si no lo estoy espiando...
Usted cuando escribe su blog fuma (marca Phi...Morr..) y bebe agua de manera compulsiva....
Espianauta.

Juan Manuel Bruñol Silvani dijo...

Bogonauta: Le pasaron mal ese dato. La foto, que está publicada, es de mi casa. Reconozco cierta apreciación visual de su parte. Pero, posteo desde otro lado, casi siempre. Donde no fumo y tomo mate. Compulsivamente.
Como todo lo que hago.

Abrazo Rockero

Anónimo dijo...

Aja ?!
Bogonauta.