Dónde están esos movimientos de puntillas de bailarina que Córtazar cita.
¿Dónde?
Tengo todos los adornos en cajones y cajas.
Cuatro de ellos, sanos y salvos, viven a 2.50 metros de altura, otros tres (ahora son dos, pues mi Borges de cera acaba de ser asesinado) vivían medio metro abajo de los más afortunados.
Aunque ahora que pienso, mis gatos nunca maullan. Los ruidos que emiten se asemejan más a los de un Mono y un Pajarito.
Gato por liebre vale doble.
2 comentarios:
cuando tus mininos conozcan a mi tigresa de bengala, blanca seductora y asesina, vas a conocer el maullido felino que invoca al dolor, Con sigilo y astucia, no te va a dejar titere con cabeza, sin importar la altura en la que habiten.
Acá el problema no es el títere, sino el que corta los hilos.
niñoespina
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