sábado, julio 07, 2007

Puta Ciudad

Y sale nomas, con ese aire que lo envuelve, que lo inunda en soberbia.
Va, vanidoso, vaivén de banalidades valientes.
Porqué si algo tiene es valor, para quedarse y no huir. Ni por tirante ni por exuberante.
Penetrantes sus dudas lo acosan, lo manosean, lo besuquean y él, se deja. Otra no le queda.
Prende un faso, dos o tres rocas de sus dedos y se las frota por la frente.
El whisky sabe mas caliente, como la puta, cabrona e insolente ciudad que lo vió nacer, la misma que le regaló ese inolvidable chichón arriba de la napia.

4 comentarios:

Orson Díaz dijo...

A veces, casi siempre, espero que la palabra se abra. Y en este post (ferozt) arde, la palabra. Gracias.

silvia camerotto dijo...

derroteros más allá de las banalidades, espina?

Juan Manuel Bruñol Silvani dijo...

Orson:
Por favor, gracias y perdón.
Arde, es tarde para curarme.
En esta puta ciudad, todo se incendia y se va.
Muy musical mi respuesta.

niñoespina

Juan Manuel Bruñol Silvani dijo...

Sil:
Derroteros a pesar de todo y de todos.
Derroteros sin fines de lucro, sin fin, sólo derroteros.

niñoespina