Llega el día indicado, te vas a hacer el piola.
Te crees piola, pero no sos cordón ni alcantarilla y armas con papel tu endeble pandilla.
Irte es un gran cambio. Le dejás la pieza a tu compañero de cuarto, el bulo, el camino marcado.
El primero en volar es como el peón del rey, la tropa de choque, una pared sin revoque.
Con ese envión, que te dan los aires de tu valentía, salís a la calle, respiras y te cagás todo.
Claro, la maldita letra chica.
¿Quién te avisó de los impuestos, la luz y el ABL, o de mirar solo de aire los canales de tele?
¿Qué es obra social, aportes y jubilación? Aguante el arroz, ya pronto me colgaré de cablevisión.
Ahora sos cultor de la polenta y las empanadas sin relleno, acordate, pendejo, cuando le decías a tu vieja: no me gusta aquello, ni la avena ni el centeno.
Así te vas marchitando, tu machimbre espíritu doblando y aunque te cueste aceptarlo volverás ladrando la parte que te toca:
-¿Pá, me podés lavar la ropa?
Dedicado a todos aquellos boludones que se mudan solos.
4 comentarios:
I M P E C A B L E.
Me preparas unas milanesas? me planchas las medias?
Carito:
Si, hija mía.
niñoespina
Probá dos días de volver a los: dónde fuiste? quién es X? esto no es un hotel! no pensás ordenar? bajá la música (ese ruido)!... la avena y el arroz te sabrán deliciosísisisimos...
Que conste en actas que es un hecho científicamente testeado...
Es lo mejor que te puede pasar en la vida. Coincido con lola, írse es un camino de ida :)
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