lunes, abril 23, 2007

Primera vez

Tenía 13 años y miedo. Lo pensaba cómo algo inevitable.
"Tengo que hacerlo" me decía a mí mismo mientras caminaba las 15 cuadras que me separaban del lugar.
Tarde o temprano iba a tener que pasar así que mejor dejar de lado el pudor y la vergüenza y mandarme de una vez.
El día, la hora, el precio y el lugar estaban fijados de ante mano hacía un tiempo y no podía ser tan cobarde de echarme atrás. Además, si no lo hacía mis amigos no iban a dejarme nunca en paz. "Cagón" me dijeron la última vez, cuándo suspendí a último momento. Claro para ellos era fácil decirlo porque todos tenían ya varias experiencias.
Mi viejo e incluso mi hermano me dijeron que sólo tenía que relajarme, cerrar los ojos y dejarme llevar; que yo no tenía que hacer nada que estaba en manos de una profesional y que cuándo me quisiera acordar ya habría pasado todo. Juraban y perjuraban que aunque fuera la primera vez no iba a dolerme nada. Capaz un poquito de impresión pero nada más.
Cuándo llegué la señorita que me atendió en la recepción me dijo que tomara asiento "Está unos minutos atrasada, enseguida está con vos"
Yo temblaba. Observaba todo sin pestañar. El lugar estaba limpio, como corresponde a estos lugares. Buena luz, buen aroma y hasta una tranquila música de fondo. Traté de relajarme y pensar en el después. En la sonrisa de oreja a oreja que tendría en la boca.
Minutos después la puerta que hasta entonces permanecía cerrada frente a mí se abrió y salió un pibe, más o menos de mi edad. En su cara todavía quedaba un poco de susto pero se le notaba también la tranquilidad del que cumple con su deber. Pasó a mí lado y por lo bajo murmuró "la que te espera hermano" me guiñó un ojo y desapareció.
La puerta había quedado entreabierta y desde adentro se escuchó la voz de una mujer "El que sigue...”. La recepcionista sonrió y me dijo "Seguís vos, entrá tranquilo. Es rápido y ni lo vas a sentir"


Tenía trece años y miedo. Era mi primera vez. La primera vez que me hacían un tratamiento de conducto.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Maravilloso!!!

bogonauta dijo...

El dentista! que gran trauma, es verdad que hay que relajarse...
Después, de grande una no se deja meter cualquier cosa a la boca, y todo gracias al dentista!!!
Beso con enjuague bucal.
Bogonauta.

Juan Manuel Bruñol Silvani dijo...

Maravilla, Bucal.
*Anónimo: No me lo diga a mí.
*Bogonauta: De grandes somos más bocones. ¿La culpa quién la tiene?

Abrazo de Blog.

Carito dijo...

Temo. Al dentista. Al desarraigo. Y al desvelo.

Juan Manuel Bruñol Silvani dijo...

Temerosa.
*Carito: Y usted habla, jovencita, como si supiera mucho del texto.
Sabrá que dice, pues.

Abrazo de Blog.