Caminando por la cornisa,
se acercándose el niño a su muerte.
Cayendo por el abismo,
se transforma en una herida viviente.
En el fondo del acantilado
se esparce una alfombra de espinas.
Esta acaba con las vidas
de los seres que nunca podrán ser amados.
Por las noches,
mientras duermen las malvadas asesinas,
se escucha la voz de un niño
que pide por su vida.
Pide con espanto
que alguien sane su herida.
Aunque ya nadie escuche su llanto,
pues se ha convertido en espina.
(Jueves 19 de Junio de 1997 - 17 años - Recreo en el Colegio - Nacimiento del niñoespina)
jueves, diciembre 29, 2005
miércoles, diciembre 28, 2005
Venga, que quiero hablarle
Comúnmente me siento frente a mi monitor LG de 17'', trato de abrir los ojos, me pongo los lentes y me tomo un café. Rutinario, cierto.
Bajo mails, algunos personales, otros, laborales.
De pronto flash, me llama la morsa.
Tenemos que hablar = Te voy a decir algunas cosas para tantearte.
Hay quejas sobre tu trabajo = El ñoqui que tenemos allá, de algo tiene que vivir.
Hace mucho que te veo desmotivado = Hoy no te afeitaste, alguna excusa tenías que darme.
Tus problemas familiares se mezclan con tus compromisos = En realidad no sé que te pasa, pero seguro es un problema.
¿Estás esperando que te despida? = No seas tontito, laburá, esto es la cárcel y yo no largo ni un mango.
Me duele que dispongas de la tecnología laboral para asuntos personales = ¿Mail?¿Así se dice?
Se que vos tenés un gran potencial y que podés dar más = Laburá negro y ni sueñes con un aumento
Me gusta que intercambiemos opiniones = En realidad no me importa que pensás, pero tengo mi puesto y de vez en cuando debo ponerme la gorra.
Acá no se discrimina a nadie, tratamos a todos por igual = A todos los negros como negros.
Ahora tengo que darte una tarea importantísima = Comprame miel.
Mis pestañas se pegotearon, algún sueño de mediodía seguramente. Alucinaciones de rutina o... no, no creo que esto haya existido realmente.
Pero estoy incomunicado... y ahora extraño los llamados del enano, que histérico soy errante, cuanta razón tiene usted.
Bajo mails, algunos personales, otros, laborales.
De pronto flash, me llama la morsa.
Tenemos que hablar = Te voy a decir algunas cosas para tantearte.
Hay quejas sobre tu trabajo = El ñoqui que tenemos allá, de algo tiene que vivir.
Hace mucho que te veo desmotivado = Hoy no te afeitaste, alguna excusa tenías que darme.
Tus problemas familiares se mezclan con tus compromisos = En realidad no sé que te pasa, pero seguro es un problema.
¿Estás esperando que te despida? = No seas tontito, laburá, esto es la cárcel y yo no largo ni un mango.
Me duele que dispongas de la tecnología laboral para asuntos personales = ¿Mail?¿Así se dice?
Se que vos tenés un gran potencial y que podés dar más = Laburá negro y ni sueñes con un aumento
Me gusta que intercambiemos opiniones = En realidad no me importa que pensás, pero tengo mi puesto y de vez en cuando debo ponerme la gorra.
Acá no se discrimina a nadie, tratamos a todos por igual = A todos los negros como negros.
Ahora tengo que darte una tarea importantísima = Comprame miel.
Mis pestañas se pegotearon, algún sueño de mediodía seguramente. Alucinaciones de rutina o... no, no creo que esto haya existido realmente.
Pero estoy incomunicado... y ahora extraño los llamados del enano, que histérico soy errante, cuanta razón tiene usted.
lunes, diciembre 26, 2005
crónica navideña
Odio las fiestas.
Siempre las he odiado. Bueno, realmente, no se desde cuando las detesto.
Siento que uno se ve para forzar una sonrisa con los dientes manchados de vitel tone (intuyo que no se escribe asi)
Si tuviera que elegir, la pasaria sólo. Con Neo y Kali en casa. Observando cuanto dinero vuela por los aires en forma de estrellitas.
No creo en la Navidad, porque es una excusa. Un motivo para juntarse una vez al año para reír y hacer balances, comer arrollado y brindar con sidra...
...yo estaba en el balcón de la casa de maryshane, junto a ella estaba ambrossio, y de pronto vimos lo imposible. Papá Noel colgaba de un departamento vecino y se introducía al living a los gritos con una bolsa repleta de regalos. La casa, o al menos gran parte de ella, estallaba en alegría y en gritos eufóricos de niños.
Entonces comprendí que el problema no está en la Navidad, ni en Noel, tampoco en los fuegos artificiales y menos en la Sidra. El problema está en nosotros.
La inconstancia y la amargura que nos lleva a reirnos y festejar unidos una vez por año y hasta la próxima. Lo que me molesta no está en la risa, sino en la excusa.
Siempre las he odiado. Bueno, realmente, no se desde cuando las detesto.
Siento que uno se ve para forzar una sonrisa con los dientes manchados de vitel tone (intuyo que no se escribe asi)
Si tuviera que elegir, la pasaria sólo. Con Neo y Kali en casa. Observando cuanto dinero vuela por los aires en forma de estrellitas.
No creo en la Navidad, porque es una excusa. Un motivo para juntarse una vez al año para reír y hacer balances, comer arrollado y brindar con sidra...
...yo estaba en el balcón de la casa de maryshane, junto a ella estaba ambrossio, y de pronto vimos lo imposible. Papá Noel colgaba de un departamento vecino y se introducía al living a los gritos con una bolsa repleta de regalos. La casa, o al menos gran parte de ella, estallaba en alegría y en gritos eufóricos de niños.
Entonces comprendí que el problema no está en la Navidad, ni en Noel, tampoco en los fuegos artificiales y menos en la Sidra. El problema está en nosotros.
La inconstancia y la amargura que nos lleva a reirnos y festejar unidos una vez por año y hasta la próxima. Lo que me molesta no está en la risa, sino en la excusa.
jueves, diciembre 22, 2005
Un día más
Abro los ojos.
No veo luz, pero ya sé que es un nuevo día.
El ruido del motor del 114 en la esquina de casa, la gente que pasa gritando a las 8 am por la ventana de mi cuarto y Neo y Kali que quieren comer. La señal del llamado del hambre es clara. Neo me muerde el pelo y Kali maulla lengueteandome la cara.
Me levanto, tambaleo y llego al baño en doce pasos, mas o menos.
Me enfrento al espejo lo mejor que puedo y me limpio los dientes. Siempre me pregunto, como puede ser necesario que repita esta rutina 3 a.m., 8 a.m., 13 p.m. y 17 p.m. ¿Esto me hace Metrosexual?
Sigo mi recorrido a la ducha, mas para despabilarme que para otra cosa, mientras los niños juegan con el agua en la otra punta de la bañadera.
Me visto como rayo, con el traje de chico bien y las camisas acordeón. Alimento a mis felinos compañeros, leo el diario, tomo un horrendo cafe medio frío y con mi bolsito me voy de la casa.
Tengo la obsesión de cerrar la puerta y golpearla para ver si se abre, manías de paranoico.
Camino tres cuadras hasta la estación Pueyrredón. El mismo boletero, la misma gente, las mismas caras, el mismo guarda, el mismo lugar en el tren. No puedo ser tan sincrónico.
Todos los días son como un maldito deja vu.
Al llegar a retiro, el mismo señor de todos los lunes a viernes me toma el boleto y yo miro hacia arriba para comprobar que el globo rojo con forma de corazón y gas en su interior siga allí arriba, controlando todo, espiándome.
Veo la hora en la torre de los ingleses, o en nuestra torre con estilo inglés. Redoblo el paso y en contrapicada de 200 mts.
Pero las agujas se me van, no puedo evitarlo.
Mi realidad me golpea cuando entro al laburo, ahi comprendo que todo los días los estoy soñando, igualitos unos a otros.
Tengo que ser más creativo.
Soñar otra gente, otro escritorio. Soñarme a mi mismo y dejar de mirar el espejo, sino voy a perder el tren y todavía no les dí de comer a los gatos.
No veo luz, pero ya sé que es un nuevo día.
El ruido del motor del 114 en la esquina de casa, la gente que pasa gritando a las 8 am por la ventana de mi cuarto y Neo y Kali que quieren comer. La señal del llamado del hambre es clara. Neo me muerde el pelo y Kali maulla lengueteandome la cara.
Me levanto, tambaleo y llego al baño en doce pasos, mas o menos.
Me enfrento al espejo lo mejor que puedo y me limpio los dientes. Siempre me pregunto, como puede ser necesario que repita esta rutina 3 a.m., 8 a.m., 13 p.m. y 17 p.m. ¿Esto me hace Metrosexual?
Sigo mi recorrido a la ducha, mas para despabilarme que para otra cosa, mientras los niños juegan con el agua en la otra punta de la bañadera.
Me visto como rayo, con el traje de chico bien y las camisas acordeón. Alimento a mis felinos compañeros, leo el diario, tomo un horrendo cafe medio frío y con mi bolsito me voy de la casa.
Tengo la obsesión de cerrar la puerta y golpearla para ver si se abre, manías de paranoico.
Camino tres cuadras hasta la estación Pueyrredón. El mismo boletero, la misma gente, las mismas caras, el mismo guarda, el mismo lugar en el tren. No puedo ser tan sincrónico.
Todos los días son como un maldito deja vu.
Al llegar a retiro, el mismo señor de todos los lunes a viernes me toma el boleto y yo miro hacia arriba para comprobar que el globo rojo con forma de corazón y gas en su interior siga allí arriba, controlando todo, espiándome.
Veo la hora en la torre de los ingleses, o en nuestra torre con estilo inglés. Redoblo el paso y en contrapicada de 200 mts.
Pero las agujas se me van, no puedo evitarlo.
Mi realidad me golpea cuando entro al laburo, ahi comprendo que todo los días los estoy soñando, igualitos unos a otros.
Tengo que ser más creativo.
Soñar otra gente, otro escritorio. Soñarme a mi mismo y dejar de mirar el espejo, sino voy a perder el tren y todavía no les dí de comer a los gatos.
martes, noviembre 22, 2005
vaya valla - eu! - 03/12/05 - hipbar
De algún modo teníamos que salir, de hecho lo venimos haciendo desde tiempos ancestrales.
Y ahora será cuestión de ir calzados, armados hasta los dientes, preparados para matar.
Nada podrá impedir la presentación esta vez, ni katrina, ni un chiste de landrisina, ni una huelga de bares céntricos, ni un golpe de estado. Aunque para esto último estemos nosotros.
Sólo tengan cuidado, señores y señoras. Hemos contratado al comando malicioso.
Son chicos buenos, y hace una semana andan limpiando la zona de molestias. Por las dudas, no salgan corriendo con la revista en la mano.
lunes, noviembre 14, 2005
Electromagnético
Por unos pocos poros ponzoñosos, mi drenaje encontró su origen. Satisfecho me dije, para mis adentros, que la espesa y áspera espera había concluido.
Axonométricos sentimientos pulsaban como timbres imprecisos los efímeros obstáculos que nos separaban.
No comprendo, lo comprendes?
Interlocutores varios presentáronse ayer; vaguedad oblicua, lunático orgullo y secreciones noctámbulas.
Matemática, astrología y biología.
Matemáticamente calculo mi vida obnubilado por un sinfín de inecuaciones inexactas.
Astrológicamente relaciono tu respiración con la fugaz y estelar presencia de mis pulsiones en el lugar equivocado.
Biológicamente me encuentro encerrado en un átomo de múltiples cadenas de ADN.
Inexorable se me presenta el fin, tras una sobredosis de magnesio, y me otorga la reflexión más ajustada : “che, chabón, saca los dedos del enchufe”
Axonométricos sentimientos pulsaban como timbres imprecisos los efímeros obstáculos que nos separaban.
No comprendo, lo comprendes?
Interlocutores varios presentáronse ayer; vaguedad oblicua, lunático orgullo y secreciones noctámbulas.
Matemática, astrología y biología.
Matemáticamente calculo mi vida obnubilado por un sinfín de inecuaciones inexactas.
Astrológicamente relaciono tu respiración con la fugaz y estelar presencia de mis pulsiones en el lugar equivocado.
Biológicamente me encuentro encerrado en un átomo de múltiples cadenas de ADN.
Inexorable se me presenta el fin, tras una sobredosis de magnesio, y me otorga la reflexión más ajustada : “che, chabón, saca los dedos del enchufe”
Odisea 2005 / eu! / “Lanzamiento”
“Hicimos todo lo posible”
Generalmente, esta frase es utilizada en situaciones donde algo no ha salido del todo bien o (directamente) nada bien. La frase, afirmativa, es siempre una mentira.
Nuestro caso no resulta, entonces, una excepción.
“Hicimos todo lo imposible”
Considerando que esta revista se puso los pañales, hace dos años, en Barracas, que dio sus primeros pasos por el primer piso dieciséis sobre la avenida montes de oca doscientos setenta y cuatro, que tuvo en un principio media docena de integrantes y otra de colaboradores, que modifico su formato y contenidos en varias ocasiones; resulta extravagante el desenlace final. Con bombos y platillos, aunque me gustaría saber quien compuso la pieza.
Describir la vorágine de los sucesivos inconvenientes que nos invadieron día tras día durante la semana previa al gran día, sería robarles mas tiempo. Pero quiero decirles que nos ha servido. Ha resultado un gran entrenamiento para nuestros nervios y, gracias a este instructivo del destino, no nos hemos doblado ante la adversidad. Ya que a 20 horas de la citación, teníamos las revistas. En lo de Panizza. En cajas. Apiladas, pero mal impresas.
Si ustedes piensan que nosotros somos delirantes, tienen razón. Puesto que en 6 horas, y por medios que no voy a describir ni comentar ni confesar, las teníamos bien. Nunca pasaré nuestro ingrediente secreto.
Si algo más nos podía pasar era que uno de nosotros falleciera por los días sin dormir. Igual la habríamos presentado.
Incluso, si ninguno de nosotros hoy estuviera vivo habría sido luego de la presentación. Ni la defunción de un familiar, mascota o novia (no es lo mismo eh) habría impedido nuestro fin.
Pero nos cortaron las piernas como al diego.
Lo único que podía ser el gran impedimento pasó.
Ya todos lo saben, se han enterado por nuestros palomos mensajeros o no. Y por esto último pedimos disculpas.
Ahora, abatidos no estamos.
Si el micrófono que prendemos dispara discursos críticos hacia la sociedad, el motivo que no nos dejó pasar también lo es. Es por eso que ahora tenemos más ganas y una excusa más.
La reflexión de los sucesos nos arroja una nueva creencia. Las Brujas existen.
Un supuesto. La cafeína es alucinógena.
Y una única certeza. La presentación se va a hacer, aunque tengamos que hacerla en una plaza, bajo un nuevo diluvio universal. De última lo llamamos a Noe, que ya nos metió en el arca en una oportunidad.
Generalmente, esta frase es utilizada en situaciones donde algo no ha salido del todo bien o (directamente) nada bien. La frase, afirmativa, es siempre una mentira.
Nuestro caso no resulta, entonces, una excepción.
“Hicimos todo lo imposible”
Considerando que esta revista se puso los pañales, hace dos años, en Barracas, que dio sus primeros pasos por el primer piso dieciséis sobre la avenida montes de oca doscientos setenta y cuatro, que tuvo en un principio media docena de integrantes y otra de colaboradores, que modifico su formato y contenidos en varias ocasiones; resulta extravagante el desenlace final. Con bombos y platillos, aunque me gustaría saber quien compuso la pieza.
Describir la vorágine de los sucesivos inconvenientes que nos invadieron día tras día durante la semana previa al gran día, sería robarles mas tiempo. Pero quiero decirles que nos ha servido. Ha resultado un gran entrenamiento para nuestros nervios y, gracias a este instructivo del destino, no nos hemos doblado ante la adversidad. Ya que a 20 horas de la citación, teníamos las revistas. En lo de Panizza. En cajas. Apiladas, pero mal impresas.
Si ustedes piensan que nosotros somos delirantes, tienen razón. Puesto que en 6 horas, y por medios que no voy a describir ni comentar ni confesar, las teníamos bien. Nunca pasaré nuestro ingrediente secreto.
Si algo más nos podía pasar era que uno de nosotros falleciera por los días sin dormir. Igual la habríamos presentado.
Incluso, si ninguno de nosotros hoy estuviera vivo habría sido luego de la presentación. Ni la defunción de un familiar, mascota o novia (no es lo mismo eh) habría impedido nuestro fin.
Pero nos cortaron las piernas como al diego.
Lo único que podía ser el gran impedimento pasó.
Ya todos lo saben, se han enterado por nuestros palomos mensajeros o no. Y por esto último pedimos disculpas.
Ahora, abatidos no estamos.
Si el micrófono que prendemos dispara discursos críticos hacia la sociedad, el motivo que no nos dejó pasar también lo es. Es por eso que ahora tenemos más ganas y una excusa más.
La reflexión de los sucesos nos arroja una nueva creencia. Las Brujas existen.
Un supuesto. La cafeína es alucinógena.
Y una única certeza. La presentación se va a hacer, aunque tengamos que hacerla en una plaza, bajo un nuevo diluvio universal. De última lo llamamos a Noe, que ya nos metió en el arca en una oportunidad.
jueves, septiembre 29, 2005
Las Peripecias del Primer Hijo
Somos un proyecto de otros, y epicentro de diversos litigios.
Primero eligen tu sexo.
Que uno quiere que seas mujer y otro varoncito ¿Y Vos? Nadie te consulta.
Después seguimos con la elección del nombre, eslabón perdido en una cadena anorme de varibales innumerables, que probablemente culmine con la menos pensada resolución.
Que, obviamente, odiaremos y cuestionaremos por el resto de nuestra existencia.
¿Porqué me pusiste Juan Manuel? ¿Porqué me pusiste Juan Manuel?
Ahora bien, corramos en el tiempo. ¿Cuánto nos dura el Reinado?
¡Nada!
Cuando vos estas fumando una habano de chocolate con el Sucoa on the Rocks, notás que tus padres se ponen mimosos y empiezan a decirte que va a venir un "regalo del cielo" a visitarnos (para luego quedarse).
Empezás a vislumbrar que, nuevamente, se libra una batalla acerca de la sexualidad y del nombre del nuevo inquilino. Y vos pensás: "ojalá que salga puto".
Y así ves como le hablan y miman a una panza y vos, solito solito, hacés todo lo posible por que se ocupen de vos. Te das la cabeza contra el cemento, te abris el mentón con una banco de mármol, te tragás bolitas, clips, destornilladores de relojero, monedas...y nada.
Después te dicen "hay que quererlo al hermanito". Ja! A ese!
De pronto Flash! Se vino el pendejo, es horrible, ¿ese era? Es peludo, gordito y (seguro) maricón. Aunque, lo querés al pendejo, le apretujas los cachetes hasta dejárselos morados, le tirás del pelito, jugás al boxeo cuando le llevas el doble de estatura.
Pero lo querés. (a ese enano regordete) Aunque el que debería rendirte culto es él, vos le marcas el camino, se lo abrís y mostras, se lo limpiás de permisos restrictivos y privilegios.
Tu hno menor ("el segundito"), siempre usará el auto antés que vos, irá a bailar ni bien deje el chupete y llevará chicas a casa cuando abandone la mamadera.
Sin escalas, el inmaduro sos vos y el ejemplo es él!. Estamos todos locos.
De todos modos, vos le pasás toda tu ropa, fuera de onda y de talle.
Alguna venganza debíamos tener.
Con el tiempo crecen estos intrusos y te das cuenta que los querés más.
Puta che! Ahora querés ser hno mayor de nuevo, pero el pendejo ya anda en otra, no le hagarras los cachetes ni de puta, porque ahora se los pellizca su minita, esa...la nueva intrusa.
Así somos los primeros hijos, queremos todo para nosotros. Ojo, hay una versión más violenta; cuando la que rompe el reinado es mujer. Un hermano guardabosque, pero esa es otra historia...
¿Y te acordás cuando querías que salga maricón?
Primero eligen tu sexo.
Que uno quiere que seas mujer y otro varoncito ¿Y Vos? Nadie te consulta.
Después seguimos con la elección del nombre, eslabón perdido en una cadena anorme de varibales innumerables, que probablemente culmine con la menos pensada resolución.
Que, obviamente, odiaremos y cuestionaremos por el resto de nuestra existencia.
¿Porqué me pusiste Juan Manuel? ¿Porqué me pusiste Juan Manuel?
Ahora bien, corramos en el tiempo. ¿Cuánto nos dura el Reinado?
¡Nada!
Cuando vos estas fumando una habano de chocolate con el Sucoa on the Rocks, notás que tus padres se ponen mimosos y empiezan a decirte que va a venir un "regalo del cielo" a visitarnos (para luego quedarse).
Empezás a vislumbrar que, nuevamente, se libra una batalla acerca de la sexualidad y del nombre del nuevo inquilino. Y vos pensás: "ojalá que salga puto".
Y así ves como le hablan y miman a una panza y vos, solito solito, hacés todo lo posible por que se ocupen de vos. Te das la cabeza contra el cemento, te abris el mentón con una banco de mármol, te tragás bolitas, clips, destornilladores de relojero, monedas...y nada.
Después te dicen "hay que quererlo al hermanito". Ja! A ese!
De pronto Flash! Se vino el pendejo, es horrible, ¿ese era? Es peludo, gordito y (seguro) maricón. Aunque, lo querés al pendejo, le apretujas los cachetes hasta dejárselos morados, le tirás del pelito, jugás al boxeo cuando le llevas el doble de estatura.
Pero lo querés. (a ese enano regordete) Aunque el que debería rendirte culto es él, vos le marcas el camino, se lo abrís y mostras, se lo limpiás de permisos restrictivos y privilegios.
Tu hno menor ("el segundito"), siempre usará el auto antés que vos, irá a bailar ni bien deje el chupete y llevará chicas a casa cuando abandone la mamadera.
Sin escalas, el inmaduro sos vos y el ejemplo es él!. Estamos todos locos.
De todos modos, vos le pasás toda tu ropa, fuera de onda y de talle.
Alguna venganza debíamos tener.
Con el tiempo crecen estos intrusos y te das cuenta que los querés más.
Puta che! Ahora querés ser hno mayor de nuevo, pero el pendejo ya anda en otra, no le hagarras los cachetes ni de puta, porque ahora se los pellizca su minita, esa...la nueva intrusa.
Así somos los primeros hijos, queremos todo para nosotros. Ojo, hay una versión más violenta; cuando la que rompe el reinado es mujer. Un hermano guardabosque, pero esa es otra historia...
¿Y te acordás cuando querías que salga maricón?
Ciudad vs. Pueblo
Cuando ingresas a un pueblo se nota.
Sos porteño.
Esa identidad que a vos te enorgullece, allí te delata. Es un cartelito, un prejuicio, un castigo, un karma que arrastras y que los “pueblerinos” te hacen notar de por vida.
¡Racismo!
Te critican porque estás a la moda, sos fashion. Aceptalo, no podes vivir sin la marca tatuada en tu piel. Vivís de lo que está en onda y al grito del mercado.
Los primeros síntomas se manifiestan cuando:
1. A llegar, ves que estos vetustos del Under poseen marcas caras que vos mismo usas invirtiendo todo tu sueldo para pertenecer a la tribu urbana. Pero ellos se te cruzan a Ciudad del Este, son mersas.
2. No te entra en la cabeza como hacen para vivir sin play station, sin cine, sin shoping, sin boliches, sin smog…Pero llegaran los cines y los boliches... aunque claro, vos lo viviste primero.
3. Te vas de vacaciones a Brazil, carnaval, sol, playa y arena. Y ellos te invaden con sus mallas fuera de onda y calzado re out. Ellos además viven más cerca, es como si vos te fueras de vacaciones a Olivos. Que grasa gordo!
4. Si acá usas pulsera de silicona, allá son cultores de las de tela y sólo te llenas de tierra colorada cuando terminás tu clase de tenis con el profe del country. Re in.
5. Las Fiestas, la música. ¿Dónde está el brit pop y los sonidos tecno de la niu generation?
¡Por Dios!, esto es lo menos, me vuelvo a la metropolis.
Pero te hacés grande y esos lugares tranquilos te gustan. Te hacés una “escapada”, no sea cosa que piensen que queres establecerte allá.
Te quejabas del pueblo chico y los rumores veloces, pero consumís Caras, Gente, Rial, Lucho Avilés y siguen las firmas.
Encima sale lo nuevo de la tele moderna, y te encierran en una casa para que vean todo lo que haces (¿?) y decís; y para que cumplás pruebas tan modernas y difíciles como ordeñar una vaca o ponerle salsa a los fideos.
¿No somos re top?
Sos porteño.
Esa identidad que a vos te enorgullece, allí te delata. Es un cartelito, un prejuicio, un castigo, un karma que arrastras y que los “pueblerinos” te hacen notar de por vida.
¡Racismo!
Te critican porque estás a la moda, sos fashion. Aceptalo, no podes vivir sin la marca tatuada en tu piel. Vivís de lo que está en onda y al grito del mercado.
Los primeros síntomas se manifiestan cuando:
1. A llegar, ves que estos vetustos del Under poseen marcas caras que vos mismo usas invirtiendo todo tu sueldo para pertenecer a la tribu urbana. Pero ellos se te cruzan a Ciudad del Este, son mersas.
2. No te entra en la cabeza como hacen para vivir sin play station, sin cine, sin shoping, sin boliches, sin smog…Pero llegaran los cines y los boliches... aunque claro, vos lo viviste primero.
3. Te vas de vacaciones a Brazil, carnaval, sol, playa y arena. Y ellos te invaden con sus mallas fuera de onda y calzado re out. Ellos además viven más cerca, es como si vos te fueras de vacaciones a Olivos. Que grasa gordo!
4. Si acá usas pulsera de silicona, allá son cultores de las de tela y sólo te llenas de tierra colorada cuando terminás tu clase de tenis con el profe del country. Re in.
5. Las Fiestas, la música. ¿Dónde está el brit pop y los sonidos tecno de la niu generation?
¡Por Dios!, esto es lo menos, me vuelvo a la metropolis.
Pero te hacés grande y esos lugares tranquilos te gustan. Te hacés una “escapada”, no sea cosa que piensen que queres establecerte allá.
Te quejabas del pueblo chico y los rumores veloces, pero consumís Caras, Gente, Rial, Lucho Avilés y siguen las firmas.
Encima sale lo nuevo de la tele moderna, y te encierran en una casa para que vean todo lo que haces (¿?) y decís; y para que cumplás pruebas tan modernas y difíciles como ordeñar una vaca o ponerle salsa a los fideos.
¿No somos re top?
Un Pancho y una Coca
Hoy me desperté lúdico (no lúcido, que no es lo mismo), así que le propongo un
pasatiempo.
Supongamos que usted se fue del país antes del 2001, o que…fue víctima de un
secuestro express y se reinserta al sistema luego de varios años. O mejor no, supongamos
que ha perdido toda confianza en esta nación, y se niega a leer diarios o prender
la televisión.
¿Muy común cierto?
Pensemos, pues, en algo más extrapolante.
Ya está, ha sido víctima de una abducción. Unos seres de otra galaxia, que no son ni
verdes ni amigables, se lo llevan de paseo para estudiarlo. Digamos que por esas
casualidades logarítmicas es devuelto a esta esfera si daño alguno.
¿Me creería si le digo que la política, ahora en Argentina, es un gran reality show?
Pase, vea.
Ahora se encuentran todos dentro de una gran casa, tan grande como la provincia de
Bs.As., y pelean un lugar por la gloria. Recurren a todo tipo de estrategias para que la
gente los vote, algunas mostrando las tetas y otras insignias religiosas. Algunos ponen
cara de perro y otros de ositos cariñosos. El mestizaje resulta igual de variado, hay
chetos y gente mas “como uno”, esta la trola y la monja, esta la “señora de” y la otra
“señora de” que se hace la soltera. Cada cual con su confesionario, obvio.
Las tareas que realizan no son muy diferentes a las que se desarrollan en este tipo de
programas, más de lo mismo. Hacer y decir nada, pero que parezca que es algo.
Llenar espacio.
Afuera conducen el programa: jorgito, el rey del chimento y la dupla deportiva más
contradictoria, la del buen momenta.
Ah, usted me pregunta cual es la propuesta de cada uno.
¿Sabe? No lo sé.
Entre tanto ping pong pensé que estaba en feliz domingo o en café fashion
Ahora tengo miedo, quizás es una estrategia esto de confundirnos y dejarnos medios
desorbitados. Por las dudas, amigo/a, si alguien viene con un pancho y una coca para
captar su voto…no le haga caso.
No vaya a ser que el pancho este adulterado, vió.
pasatiempo.
Supongamos que usted se fue del país antes del 2001, o que…fue víctima de un
secuestro express y se reinserta al sistema luego de varios años. O mejor no, supongamos
que ha perdido toda confianza en esta nación, y se niega a leer diarios o prender
la televisión.
¿Muy común cierto?
Pensemos, pues, en algo más extrapolante.
Ya está, ha sido víctima de una abducción. Unos seres de otra galaxia, que no son ni
verdes ni amigables, se lo llevan de paseo para estudiarlo. Digamos que por esas
casualidades logarítmicas es devuelto a esta esfera si daño alguno.
¿Me creería si le digo que la política, ahora en Argentina, es un gran reality show?
Pase, vea.
Ahora se encuentran todos dentro de una gran casa, tan grande como la provincia de
Bs.As., y pelean un lugar por la gloria. Recurren a todo tipo de estrategias para que la
gente los vote, algunas mostrando las tetas y otras insignias religiosas. Algunos ponen
cara de perro y otros de ositos cariñosos. El mestizaje resulta igual de variado, hay
chetos y gente mas “como uno”, esta la trola y la monja, esta la “señora de” y la otra
“señora de” que se hace la soltera. Cada cual con su confesionario, obvio.
Las tareas que realizan no son muy diferentes a las que se desarrollan en este tipo de
programas, más de lo mismo. Hacer y decir nada, pero que parezca que es algo.
Llenar espacio.
Afuera conducen el programa: jorgito, el rey del chimento y la dupla deportiva más
contradictoria, la del buen momenta.
Ah, usted me pregunta cual es la propuesta de cada uno.
¿Sabe? No lo sé.
Entre tanto ping pong pensé que estaba en feliz domingo o en café fashion
Ahora tengo miedo, quizás es una estrategia esto de confundirnos y dejarnos medios
desorbitados. Por las dudas, amigo/a, si alguien viene con un pancho y una coca para
captar su voto…no le haga caso.
No vaya a ser que el pancho este adulterado, vió.
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